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sábado, 27 de febrero de 2010

Un tranvía llamado Amor: Marcelo Ebrard Casaubon

• Hacer 31 años el Gobierno de la Ciudad lo desapareció hoy pretende revivirlo

• Capricho de amor o la borrachera y los estragos de la cruda de alcohol de una mujer


Hacer aproximadamente 31 años la Ciudad de los Palacios como se le denominar al Distrito Federal, contaba con un transporte llamado tranvía, fue precisamente en el año de 1979 cuando este dejo de transitar por las calles de la ciudad. Desapareció para da paso a la modernidad y al urbanismo de la capital al comenzarse la construcción de los eje viales y la ampliación del Sistema de Transporte Colectivo Metro, así como la red de transporte de camiones con los entonces Delfines y luego con la extinta Ruta 100, los microbuses, hasta el día de hoy con el Metrobus.


El Gobierno de la Ciudad, pretende revivir aquel tranvía, hoy en día ahora en el centro histórico después de que se prescindiera de él por considerarlo obsoleto y no acorde con el paso de la modernidad que iniciaba la capital del país, y con el plan de urbanismo que se implemento en aquel fin de la década de los 70´s e inicio de los 80´s, regentes van y vienen cada uno con su propio estilo de gobernar la ciudad más grande de América, cada uno con proyectos innovadores pero también con proyectos que fueron diseñados a capricho y hasta de ocurrencias, no así planeados para resolver las necesidades más apremiantes de los habitantes de estar urbe. El tranvía en aquellos años recorría toda la ciudad desde el norte hasta el sur del oriente a poniente transitaba, la capital contó con el servicio entre 1852 y 1979, y era de maquinas de vapor, pasando por ser tirado por mulitas, hasta llegar a la electrificación.


El proyecto del Tranvía del Centro Histórico, como pretender desarrollar el Gobierno de la Ciudad de México, se encuentra en proceso de licitación, el cual dará de que hablar por su trascendencia y por cómo se de la adjudicación para la concesión para trabajarlo y para la misma fabricación de los carros a las empresas que decidan participa en el proyecto de transporte y que es considerado por las autoridades del Distrito Federal como el proyecto más importante de la administración de Marcelo Luis Ebrard Casaubon.


Empieza a levantar sospechas de todo tipo desde que es una obra innecesaria, insensible por no realizar una consultar sobre la misma a la ciudadanía y que no resolverá en nada la problemática del transporte público de la metrópolis, y que tan solo se beneficiaran económicamente de la concesión de este diversos funcionarios de la presente administración capitalina, entiéndase Jefatura de Gobierno, Secretaria de Transportes y Vialidad, Secretaria de Obras Públicas, y que muy probablemente quizás sus nombres aparezcan como miembros del consejo de administración de las empresas concesionarias, o como prestanombres alguien les servirá para obtener una ganancia, eso no es común que suceda en México, suele sucede en Suecia, Noruega, en otros paises. El asunto en cuestión presentar cierto tufo a podrido, la puesta en marcha del tranvía no debiera despertar dudas; sin embargo pues aun no están del todo claros los términos de la Convocatoria de licitación, muchísimas interrogantes hay, en este tema que comienza a cuestionarse la obra por el elevado costo que representará para las arcas capitalinas tan sólo de concretarse dicha obra la administración de Ebrard Casaubon deberá de pagar 17 millones de pesos, más intereses, durante 25 años, no se ha explicado como se pretende pagar la obra pero los capitalinos absorberá el costo para variar como siempre y la ciudad la endeudaran más a través de deuda pública.


Diversas versiones de que el proyecto en sí, es considerado como una obra faraónica, por los costos de la misma y que es más bien producto de la insensibilidad política del señor Marcelo Luis Ebrard Casaubon, quien piensa o no le han dicho sus asesores que gobierna la Ciudad de México y no la Gran Manzana en Nueva York, es un hecho irrefutable, basta ver obra hidráulica o de infraestructura que decide por caprichoso realizar comienza una y desquicia el tránsito de la ciudad al iniciar otra sin aun haber terminado una, bien dicen que los hombres son recordados por sus obras pero no exageren destapan un hoyo y comienzan otro hoyo sin haber tapado el primero, no es que se dude de las buenas intenciones del gobernante hacia sus gobernados pero no se vive de buenas intenciones.


Si se brinda una rigurosa lectura a lo publicado en la Gaceta Oficial del Distrito Federal, en donde se anuncian las consideraciones para el proyecto, así como en el cuaderno de presentación sobre dicha obra y en los anuncios realizados por gobierno capitalino, se observa que la serie de argumentos que presente la administración capitalina para la puesta en marcha del proyecto son que es la obra más importante de la ciudad y que se buscar dejar como legado un sistema de transporte público integrado y que exista una conjunción entre los servicios existentes en materia de transporte que brinde eficiencia y seguridad a los usuarios del transporte público.


El objetivo central del proyecto lo anuncio el Jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, durante finales de 2008 y 2009, es reactivar el uso del Tranvía y mostrar que es un transporte eficiente y seguro y que no es contaminante y que será para mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes y que estará ligada a incrementar el turismo en la urbe, una de las tantas ocurrencias que no logran hacer que la ciudad sea llamativa para el turismo, no es con record guinnes como se logra turismo.


Se aluden a una serie de ventajas según se han anunciado como que es menos contaminante que otros transportes de la misma ciudad, incluso que: “es 3 veces más seguro que un autobús, 30 más que un auto y 100 veces más que una motocicleta. Un vagón de tranvía desplaza en promedio 170 vehículos particulares, 4 autobuses o 10 microbuses. La vida útil del tranvía es cuando menos 5 veces mayor a la de un autobús. Desde el punto de vista del consumo de energético por pasajero, en el tranvía es la mitad en relación con un autobús y 14 veces menor respecto de un automóvil. Las emisiones respecto del primero son de 945 grs. Y de los vehículos, de 8,248 grs.”. Esto es lo que se argumentar pero Ebrard Casaubon y compañía, parecen no entender que en una ciudad como el Distrito Federal, las distancias son largas y que se requiere de un transporte eficiente, masivo y por ende que no trastorne la vida cotidiana de los habitantes durante el desarrollo de las obras y al concluir estas.


Si bien la magna obra que pretende realizar Marcelo Ebrard, no es a todo lo largo y ancho de la ciudad, sino solamente en una parte de esta como es el Centro Histórico de la misma, y que comprenderá de las calles de Jesús María hasta Buenavista; es decir será un circuito integrado por Pino Suarez, Jesús María, Izazaga, República de Venezuela, Palma, Tacuba, Avenida Hidalgo, Puente de Alvarado, hasta Buenavista, donde concluirá en la terminal del Tren Suburbano que recorre la parte de la zona metropolitana.


Tan sólo 11.2 Kilómetros recorrerá en la zona más conflictiva de la ciudad y una de las más inseguras, compuesto por 20 estaciones y con dos terminales, el recorrido tendrá una duración de 40 minutos, y contará con 10 tranvías eléctricos que a decir de las autoridades de la capital, estos están diseñados para brindar un acceso eficiente a discapacitados, adultos mayores, niños y embarazadas, con rodaduras férrea, piso bajo y puertas en ambos costados de las unidades se estima que tendrá una afluencia de 60 mil personas al día.


Además de ello en su trayecto el tranvía, se interconectara con 5 líneas del Metro, cinco rutas de la Red de Transporte Publlico; dos líneas de trolebuses; una línea del Metrobús, una del turibus y rutas de transporte concesionado y por si faltaba algo más con puntos de interés bancos, oficinas gubernamentales y con sitios culturales, religiosos, recreativos y comerciales y de negocios.


En síntesis el argumento principal para justificación del Jefe de Gobierno, Marcelo Luis Ebrard Casaubon y del director del Servicio de Transportes Eléctricos de la ciudad, Rufino H. León, es que los usuarios serán favorecidos con la conectividad de poder continuar los viajes ya sea a través del tren suburbano y de utilizar la línea del Metrobús y la de Metro y que aparte es una solución eficiente y limpia para los problemas de congestionamiento vial y contaminación, y reordenamiento del Centro histórico y para mejorar la calidad de vida.


Pero también como tantas ideas que no logran concretar el gobierno capitalino considera que será uno de los detonantes de desarrollo económico y turístico de la ciudad, no es que se ponga en tela de duda ello pero ejemplos de que no han logrado el crecimiento económico y turístico son las pistas de hielo, el árbol de navidad más grande, las playas artificiales y las concentraciones masivas como romper récord guinnes como la Rosca de Reyes más grande o juntar a la mayor cantidad de personas para darse el beso, donde el despilfarró de dinero público ha sido una constante y no han logrado ni atraer inversión privada ni grandes concentraciones de turistas a la capital, y quien pagar todo es pues el ciudadano que es cautivo de impuestos, pero que importancia podría tener eso.


Pues la Ciudad de México, es una de las ciudades con más trabas burocráticas para abrir un negocio, o para realizar un simple tramité él que sea, y más aun cuenta con una serie de impuestos que son obsoletos los cuales ya no tienen razón de ser; porque en su momento serian temporales para financiar determinados proyectos, impuestos como tenencia vehicular, verificación por emisión de contaminantes, hoy son anacrónicos, porque se han vuelto tema de campaña electoral cada que se avecinan estas se propone su eliminación por ya no ser indispensables, sólo quedan en buenos deseos.


Un transporte como el tranvía que se pretende construir en Centro de la Ciudad de México, no es realmente una obra necesaria porque no va a venir a solucionar en nada la problemática del transporte público, por más que se exponga que se interconectara con otros transportes como el metro, el trolebús o el metrobús o con la red de transporte público. Si el problema de la ciudad es el transporte y lo que se buscar es la mejoría de este, porque no en vez de invertir cientos de recursos públicos en una obra faraónica y que solo se desarrollara en una zona de la metrópolis, y que se especula no afectara a nadie en su vida cotidiana, no se destinan esos recursos para ampliar y mejorar el servicio de transportes ya existentes en la ciudad como: el metro el cual se encuentra en el abandono desde hacer años, a pesar de que existe un Plan Maestro para su desarrollo basta ver el deterioro de los trenes y de las vías férreas, y las cientos de anomalías en este y en su Sindicato.


El punto es porque no invertir en transportes, que resuelvan el problema de raíz la falta de un transporte eficiente pero hay transportes que han probado su viabilidad, y eficiencia una opción el metro porque no ampliar la red ferreal y su interconexión entre sí, o por otro lado apostarle al crecimiento del metrobús, y que ha demostrado ser eficaz, tan sólo dos líneas existen de este; además de que al igual que el Metro cuenta con un estudio de sustentabilidad e impacto ecológico, en cuanto a su desarrollo y alcances, y tienen mayores posibilidades de transportar a miles de usuarios y hacer frente a la demanda de traslado que requiere la ciudad.


Aquí la piedra angular del transporte, es la soberbia, la ignorancia y la insensibilidad del gobernante actual de la ciudad, que sin escuchar o sin constata la realidad que se vive día a día y que los habitantes viven un vía crucis al hacer uso del transporte de la capital demandan un transporte rápido, eficiente y de calidad. Buscar realizar una obra que perdure en el tiempo y que se beneficie con ella a la población es el sueño dorado de todo gobernante, pero por desgracia la clase política mexicana suele hacerlo más por encaprichamiento y no por atender las demandas de la ciudadanía, obras por capricho por parte de –Marcelo Luis Ebrard Casaubon- hay ejemplos de ello y la de revivir el tranvía en las calles del Distrito Federal, es una de ellas. Aunque debe decirse que pareciera ser un capricho de amor, el inicio de esta obra por parte de Ebrard y no tanto una obra para beneficio de la ciudad.


A que nos referimos con un capricho de amor sobre el tranvía, pues a que en uno de tantos viajes a Europa, de esos que estila Marcelo Ebrard y compañía, de esas giras de trabajo donde se reúne con homólogos suyos y con empresarios para dizque atraer inversión extranjera y tratar de implementar proyectos innovadores para el Distrito Federal; surgió el proyecto de construir un tranvía en la ciudad, fue precisamente en una gira por Europa, así fue como se planeo no fue algo que hubiera tenido un consenso, sino más bien una ocurrencia producto del amor y del capricho de un gobernante hacia su señora esposa, y la historia está plagada de estos hechos. Según la versión que se conocer en pasillos del edificio de la Regencia del Distrito Federal, es que visitando la ciudad de Viena, Austria, entre otras, la Primera dama y Presidenta del DIF de la Ciudad de México, la señora Mariana Prats le externo a su cónyuge al ver el tranvía en dichas ciudades y al queda maravillada por este transporte si era posible desarrollar algo así en la ciudad que dice gobernar su marido –Marcelo Luis Ebrard Casaubon- también pudo haber sido producto de los estragos del alcohol, recuérdese que a finales de 2007, al inaugurar un Centro Comunitario en San Juan Ixtayopan en la Delegación Tláhuac, la señora Prats al hacer uso de los micrófonos estaba indispuesta, para hablar en público y hay los audios de ello y las notas informativas que dan cuenta de lo sucedido, no es invención de nadie lo sucedido.


Y mucho se ha mencionado que pudiera haber sido eso, un estado etílico o producto de algún desorden emocional y psicológico, el hecho queda documentado en las notas periodistas. Pero retomando el viaje por Europa y luego de haber escuchado el señor Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard los comentarios de su señora esposa, quizás adopto un semblante un poco escéptico e incrédulo y se quedo meditando sobre el asunto y a su regreso de Europa, se reunió con sus asesores en la materia y con los funcionarios relacionados al Transporte y a las Obras, y al revalorar el asunto no encontró ninguna negativa, cabe hacer la aclaración de que no era una prioridad dicho proyecto, pero ni siquiera se estudiaron otras alternativas como destinar más recursos públicos en los medios de transporte actuales con que cuenta la ciudad.


Las dos versiones están como testimonio y cada quien es libre de decir y hacer lo que quiera, nada más que en esta ciudad hay voces que se llaman electores y que son contribuyentes y que esperan que sus impuestos sean utilizados de forma inteligente y no en caprichos o en proyectos que no son del todo para la ciudad por la idiosincrasia del pueblo, porque no existe la infraestructura para estos y porque esta requiere otro tipo de proyectos para resolver sus problemas.


Y no es que se cuestione las buenas intenciones pero el proyecto del tranvía, ha comenzado a ser cuestionado por lo relativo al curso de licitación, por los costos y los recursos que se destinaran a este, por las probables impugnaciones que hagan las diversas empresas que decidan participar en él al fabricar los carros, como ha sucedido en las últimas semanas en lo relacionado a la construcción de la línea 12, Línea dorada o la línea del Bicentenario del Metro que correrá de Mixcoac a Tláhuac, donde la empresa franco-canadiense Bombardier impugno el proceso de licitación.


No solo en este espacio se tienen dudas del proyecto sino en diversos foros y asimismo por un segmento de la sociedad que lo considera innecesario y que externa su sentir en el sentido de porque no invertir o apostar por transportes que ya han dado muestra palpable de eficiencia y rentabilidad; tampoco se tratar de llenar la ciudad de bicicletas como se pretende con el proyecto de Ecobici, que contemplar instalar bicicletas en diversos puntos de la ciudad, y en estaciones del Metro y Metrobús así como del Trolebús, entre otras, las bicicletas no son una opción real para estar por las distancias que hay que recorrer de un lugar a otro de la ciudad, y porque aun no se cuenta con la infraestructura para estas, pero si se ha modificado el Reglamento de Tránsito para sancionar con severidad a los automovilistas y se proteger de forma arbitraria a ciclista y peatones se buscar un sano equilibrio para todos, con derechos y obligaciones bien marcadas, pareciera que son proyectos populistas y no ideas que estuvieran bien planeadas para resolver los problemas del transporte en el Distrito Federal.


Sin embargo bienvenidas las ocurrencias y caprichosos del estilo personal de gobernar la Ciudad de México y pensar que se gobierna cualquier otra urbe cosmopolita y no la ciudad más caótica de América y del mundo. Allá los funcionarios de la Ciudad de México, la realidad y las circunstancias de la ciudad son otras, y son las que viven a día los habitantes de esta. Al tiempo… En la línea… la realidad al tiempo.


El Tranvia de mulitas o sangre real


El tranvia electrificado

La extinta Ruta 100



El Metro una obra de ingenieria

El Microbus o Pesera
El Prototipo de tranvia 2010 Zocalo


Marcelo y Mariana totalmente capricho

El Metrobus

Bicicletas para todos: Ecobici